Las anomalías climáticas, especialmente la acumulación de lluvias persistentes, las olas de frío y las oscilaciones bruscas de temperatura que tuvieron lugar en la pasada primavera provocaron problemas en las fases de floración y cuajado de los frutos.
Las estimaciones de AVA-ASAJA apuntan a una disminución similar tanto en naranjas como en mandarinas, así como en prácticamente todas las variedades con implantación en la citricultura autonómica.
En total, la cosecha prevista se situará en casi tres millones de toneladas.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha señalado que «estamos ante una producción suficiente para abastecer los mercados internacionales pero que obliga a elevar los precios para garantizar la rentabilidad de los productores».
«Después del desastre de la última campaña, sobre todo en la naranja, obtener un precio justo es más necesario que nunca. Porque si se repite un año como este podría acelerarse el abandono de tierras, con las pérdidas económicas, sociales y medioambientales que ello supondría», según Aguado.
«Un manto verde que no se quema es la mejor garantía para luchar contra el cambio climático tanto en España como en el centro de Europa, donde ya se empiezan a sufrir las consecuencias de tantos campos dejados de cultivar», ha añadido.
Por lo tanto, la organización agraria ha instado tanto a las administraciones como al conjunto del sector a trabajar con seriedad, profesionalidad y transparencia con el fin de obtener unos precios que en origen permitan compensar la caída de producción comercializada y el aumento de los costes de producción.
AVA-ASAJA ha estimado, a partir de datos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que los costes de producción de los cítricos se han incrementado al menos un 40 % en las dos últimas campañas.
La subida se ha producido por el encarecimiento de los principales costes (energía eléctrica, combustibles, fertilizantes, fitosanitarios).
Los costes medios de producción rondan los 0,32 €/kg en naranjas (variedad Navelina) y los 0,39 €/kg en mandarinas (variedades precoces de clementinas), de manera que vender por debajo de esas cantidades supone «perder dinero en muchos casos, más si cabe en un contexto de disminución de cosecha comercializada», ha añadido.