De esta forma, el país centroeuropeo reacciona a la más reciente subida de las infecciones, que se encuentran actualmente cerca de unos 100 casos confirmados por día.
Hasta ahora, solo era obligatorio para la ciudadanía el uso de mascarillas en consultas médicas, farmacias y en el transporte público, incluyendo todos los ferrocarriles.
El canciller federal, el conservador Sebastian Kurz, explicó hoy en rueda de prensa que la nueva medida, que entrará en vigor el viernes próximo, «tiene un efecto simbólico para evitar que la gente se olvide de que el virus sigue existiendo».
«A medida que se acerque el otoño, más grandes serán los desafíos para nuestros sistemas (sanitarios), por lo que tenemos que acelerar los procedimientos», agregó el jefe de Gobierno.
Por otra parte, se endurecen las reglas de ingreso a Austria para viajeros procedentes de países consideradas como de «alto riesgo», por ejemplo, desde los estados de los Balcanes occidentales.
Cientos de miles de austríacos tienen sus raíces y familiares en esos países y sobre todo en verano existe un gran flujo de viajeros que viajan y vuelven desde los Balcanes, donde el ritmo de contagios ha subido mucho en las últimas semanas.
Las autoridades sanitarias austríacas vienen registrando desde hace varias semanas numerosos contagios «importados» por personas que entraron en Austria procedente de países como Serbia, Bosnia Herzegovina o Macedonia del Norte.