Así lo ha manifestado Barato en declaraciones a los medios de comunicación de manera previa a la clausura de la Asamblea General ordinaria de Asaja Castilla-La Mancha, en Toledo, donde ha deseado para 2023 «que haya menos leyes y que las que hay, se cumplan».
Asimismo, ha reivindicado «agua, agua y agua» para los agricultores, para lo cual ha dicho que es necesario que llueva y hacer las obras de infraestructuras necesarias para poderla utilizar y, en este punto, ha apostado por «recargar los acuíferos» porque es una obra «muy barata» y se trata solo de «desviar y en vez de sacar agua, meterla cuando haya».
Para ello, ha añadido, hay que ordenar las cuencas de los ríos y seguir la teoría de los vasos comunicantes a medida de las necesidades, al tiempo que ha defendido que mientras antes se les criticaba a los agricultores por sacar agua de los pozos con motores diésel y contaminar, ahora «hay muchas infraestructuras ya con energía fotovoltaica y por tanto no contaminamos nada sino al contrario».
Con respecto a la Política Agraria Común (PAC), el presidente nacional de Asaja ha indicado que hay que aplicarla y que el objetivo es «dulcificar o flexibilizar en la medida que se pueda» los eco-regímenes que plantea la nueva política, sobre todo para cultivos leñosos.
También ha considerado que tendría que haber tenido una «discriminación positiva» hacia los agricultores profesionales y ha subrayado que «parece mentira» que se haya hecho una reforma de la PAC con la «fatídica y absurda» guerra en Ucrania porque trae consecuencias en general y para el campo en particular, por su dependencia de maíz, trigo y cebada.
Esto, ha explicado, ha afectado no solo a las importaciones que se hacen cada año sino que supone «un problema mundial de alimentación por el que la gente puede morir de hambre, ya que una guerra no deja salir la materia prima para alimentar a las personas».
A su modo de ver, Bruselas tendría que haber hecho un planteamiento con «menos restricciones y prohibiciones y más situaciones para poder producir casi de todo», porque el escenario actual ha obligado a los agricultores a liberar superficie de barbecho para poder sembrar girasol ante la falta de este producto.