Según ha explicado el Secretario General de ASAJA Murcia, Alfonso Gálvez Caravaca, “no podemos consentir que las producciones de países no comunitarios sigan entrando en el mercado europeo, debe prevalecer en primer lugar la preferencia comunitaria, ya que se está incumpliendo por parte de la Comisión Europea, en beneficio de ciertos lobbies del comercio agroalimentario, en perjuicio de los agricultores y empresas agrícolas europeas.
Es de máxima prioridad, poner en marcha medidas arancelarias ante la invasión de productos hortofrutícolas no comunitarias que están llegando al mercado europeo”.
Al mismo tiempo, el portavoz de ASAJA comenta que “la soberanía y seguridad alimentaria europea está en su peor momento, y la dependencia exterior es una realidad de gravísimas consecuencias a muy corto plazo, con impacto directo en la viabilidad económica de las explotaciones agrarias y el empleo en el medio rural”.
Vigilancia Fitosanitaria
Además, el titular de ASAJA Murcia también ha subrayado que “se debe realizar una exhaustiva vigilancia fitosanitaria a las importaciones de países no comunitarios, para evitar que puedan entrar en territorio europeo, plagas y enfermedades que serían devastadores para nuestro sector”.
“El Gobierno español debe liderar las medidas para frenar esta competencia desleal tan dañina para el sector agrario”, apunta Gálvez Caravaca.
Por su parte, Juan de Dios Hernández, productor y exportador de cítricos y miembro de la Junta Directiva de ASAJA Murcia, ha comentado a este respecto que “Argentina, Sudáfrica o Turquía ya no pueden exportar a Rusia y Bielorrusia, por tanto, vendrán a Europa con precios ínfimos, y no podremos competir con ellos de ninguna de las maneras. Tenemos que exigir ferozmente que se habiliten medidas arancelarias”.
Además, este directivo también ha añadido que “la política de puertas abiertas que mantiene la Unión Europea, está perjudicando gravemente los intereses de nuestros productores y empresas exportadoras, ya que además los productos importados tienen productos fitosanitarios estrictamente prohibidos por la legislación europea, y todo ello ante la pasividad de las autoridades europeas”.