Eso trae consigo que un kilo de naranjas se paga en el campo entre 0,08-0,10 euros en el caso de la variedad Navelina y entre «0,16-0,18» en el caso de la Salustiana según la Lonja de la Cámara de Comercio, mientras que en los lineales de algunos supermercados de Córdoba pueden alcanzar los 2 euros el kilo.
Se trata de «unos precios muy inferiores a los cotizados en la misma época del año anterior», ha indicado, que provoca «fuertes» pérdidas económicas a los productores, que en muchos casos están vendiendo por debajo de los costes de producción, establecidos en 0,15 euros el kilo, y en otros casos están dejando las cosechas en los árboles «por no ser rentable su recolección».
Asaja Córdoba ha recomendado a los citricultores que estén siendo víctimas de abusos que denuncien los incumplimientos por los cauces pertinentes, pudiendo tramitar esas quejas a través de Asaja en caso de que fuera necesario, solicitando la intervención de la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) -organismo dependiente del Ministerio de Agricultura- para evitar aquellas situaciones que perjudiquen claramente a los agricultores.