La asociación ha hecho balance de la campaña de este año, una vez finalizadas la recolección y almacenamiento, en el marco de la Feria Internacional del Ajo de Las Pedroñeras (FIDA) que se celebra en Cuenca.
Ancpa ha señalado que la producción se ha reducido por las condiciones climáticas adversas que se han registrado durante la finalización del cultivo, que afectó de manera «muy significativa» al desarrollo de las plantas en Castilla-La Mancha y Andalucía, las dos principales regiones productoras de España.
A esta circunstancia se suma la subida repentina de las temperaturas los meses de mayo y junio, que provocaron una rápida maduración de los bulbos sin alcanzar su máximo potencial de calibre, lo que ha propiciado una disminución del 20 % de la producción final, según la asociación.
La calidad de la cosecha, de la campaña 2022, en las variedades tempranas ha sido «ligeramente inferior» a la de campañas anteriores, mientras que en la variedad de ajo morado ha sido «excepcional» pese a la caída del rendimiento por la falta de calibre.
En un contexto marcado por los elevados costes de producción, se añade el agravante de la incertidumbre sobre la evolución de los precios en el resto de campaña de almacenamiento, que se alarga sobre once meses en cámaras frigoríficas, cuyo coste energético es «una total incógnita», ha dicho Anpca.
Por ello, la organización ha propuesto mejorar la situación del cultivo y ha reivindicado una producción integrada en el ajo en Castilla-La Mancha para implementar una producción «sostenible y más respetuosa con el medio ambiente«.
El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, estimó el pasado miércoles que la comunidad autónoma registrará en 2022 una producción de casi 200 millones de kilogramos de ajos, una «cantidad media».