Ha justificado la fortaleza de este sector por su ubicación privilegiada, que permite más tiempo de maduración en el árbol y obtener frutos de mayor calidad y menor huella ecológica, características «muy valoradas» por distribuidores y consumidores. La consejera ha advertido de que, pese al éxito alcanzado, hay que seguir trabajando en la innovación, en buscar la máxima rentabilidad y sostenibilidad y en el análisis de nuevas variedades que permitan una presencia escalonada en los mercados.
Asimismo, ha insistido en la necesidad de avanzar en la transformación para conseguir mayor valor añadido, fomentar producciones ecológicas y sostenibles y obtener distintivos de calidad diferenciada y normas de calidad específicas para los subtropicales.