La consellera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Teresa Jordà, ha presentado el estudio «Impacto de la covid-19 en la compra y consumo de alimentos», realizado por el Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA), que dirige José María Gil.
El estudio, con datos extraídos de 501 encuestados en Cataluña y 702 en el resto de España, concluye que un 23 % de los catalanes (19,8 % en España) han aumentado bastante o mucho su gasto en la compra de alimentos, aunque no cuantifican el aumento doméstico.
Un 4,8 % ha aumentado la compra en tiendas de barrio, para evitar aglomeraciones en las grandes superficies, al tiempo que ha crecido la adquisición de alimentos frescos y de proximidad, se han almacenado más productos y se ha reducido el desperdicio alimentario, según el estudio.
Unas tendencias positivas que han venido «probablemente para quedarse» y que hay que saber aprovechar, ha destacado la consellera Jordà en una rueda de prensa telemática.
Así, aunque la pandemia sea «catastrófica y dura», ha considerado que «se puede sacar alguna oportunidad para avanzar en aspectos que trabajamos desde hace años y que permitirán fortalecer nuestro sector agroalimentario».
Todo ello refuerza, ha indicado la consellera, las políticas de la Generalitat de promoción de hábitos de consumo saludable, reducción del desperdicio alimentario y comercio de proximidad.
Sobre este último punto, Jordà ha anunciado que este diciembre empezará una gran campaña publicitaria para promover el producto de proximidad y, en paralelo, se presentará en breve una marca para identificar a todo el sector alimentario catalán.
El estudio presentado por Teresa Jordà y José María Gil apunta que un 19,6 % de los catalanes ha aumentado su interés por el producto local.
Por productos, la compra de frutas y verduras es la que más ha cambiado, pues un 19 % de los encuestados ha aumentado bastante o mucho su consumo, mientras que un 13,2 % asegura haber incrementado el consumo de alimentos frescos.
Ha crecido también, aunque en menor medida, el consumo de precocinados (16,6 %), dulces y chocolate (13,6 %), alimentos congelados (12,6 %), huevos (10,8 %) o pizza (10,2 %).
En una situación de crisis sanitaria, económica y social, un 18 % de los encuestados aseguran que han reducido el desperdicio de alimentos, sobre todo de fruta y verdura.
El estudio apunta asimismo a una leve modificación del responsable de la compra en las casas, que ha cambiado en un 5 % de los casos.
En cuanto a los establecimientos, un 5,3 % de los catalanes ha disminuido la compra en hipermercados y supermercados y un 4,8 % la ha aumentado en tiendas de barrio.
Según Gil, esto se explicaría por las limitaciones de movilidad de no más de 1 kilómetro que había al principio de la pandemia, que ha creado unas nuevas rutinas de compra que, al parecer, se han mantenido.
La frecuencia de compra ha disminuido en el 20 % de los casos y lo más habitual (77,5 % de los encuestados) es que se realice una vez a la semana o menos, al tiempo que ha crecido el almacenamiento de alimentos en los hogares en un 16,6 %.