Sólo el 15 por ciento de las frutas que consumen los alemanes vienen de sus huertos y empresas productoras. El resto vienen de la importación, e incluso en algunas categorías dependen al 100 por ciento de las entradas internacionales.
España es el proveedor de referencia, incluso en algunas referencias donde en los últimos años se han recibido presiones del Hemisferio Sur. Es el caso de las naranjas. Alemania importó durante 2022 443.000 toneladas, según el instituto Bundesinformationszentrum Landwirtschaft.
España acaparó el 79 por ciento de las importaciones de naranjas , muy por encima de su competidor más cercano -Sudáfrica con sólo el ocho por ciento de las entradas- y muy por encima de sus competidores en el mismo tiempo: Italia con el 6 por ciento y Grecia con el tres por ciento.
El espacio de la sandía es también para España al acaparar el 52 por ciento de las entradas. Alemania adquirió durante la campaña pasada 408.000 toneladas, una de las cantidades más bajas de los últimos años, por los problemas climatológicos en las zonas en origen.
Las faltas de España no fueron cubiertas por Italia, que acaparó el 29 por ciento de las entradas de sandía, ni por Turquía que alcanzó el cuatro por ciento. Por cierto, los volúmenes de Brasil y Costa Rica fueron especialmente bajos, porque el mercado alemán no es de consumo fuera de la temporada veraniega.
La banana es la fruta más importada a Alemania. Durante 2022 superó los 1,2 millones de toneladas. Ecuador, Colombia y Costa Rica acaparan más del 75 por ciento de las entradas y deja el resto para otros orígenes latinoamericanos y africanos.
La manzana es el producto más abierto. Con 445.000 toneladas tiene en Italia su proveedor más importante -40 por ciento de las entradas-, seguido de Polonia y Holanda con un 25 por ciento entre los dos orígenes. Francia ha perdido mucho espacio al sumar el 7 por ciento de las entradas.