AINIA ha desarrollado un nuevo método de análisis para el control de residuos de plaguicidas en alimentos. En concreto, la metodología detecta el óxido de etileno en semillas destinadas a la alimentación.
Se trata de un análisis mediante tecnología GC-MS (cromatografía gaseosa, acoplada a la espectrometría de masas) para determinar el óxido de etileno en alimentos. “Contamos con un método rápido y sensible, con un límite de cuantificación inferior a 0,05 mg/Kg, que permite verificar que no supera el nivel máximo establecido por ley”, ha subrayado Roberto Ortuño, responsable de seguridad alimentaria de AINIA.
Riesgo para la salud
Esta contaminación constituye un grave riesgo para la salud humana, ya que el óxido de etileno está clasificado como un mutágeno de categoría 1B, un carcinógeno de categoría 1B y un tóxico para la reproducción de categoría 1B. Asimismo, su uso como sustancia activa en productos fitosanitarios en la UE no está aprobado, pero sí se utiliza en países terceros.
De esta manera, los laboratorios de AINIA, primeros en realizar en España, este tipo de análisis aumenta así su oferta analítica en materia de residuos de plaguicidas, adaptándola a las nuevas necesidades de las empresas y contribuyendo al mismo tiempo a mejorar la protección de la salud de los consumidores.