Los productores de cien fincas han ayudado a establecer más de diez kilómetros de márgenes de flores autóctonas en los cultivos, instalando nidos y puntos de agua para las abejas y favoreciendo la plantación de especies nativas para proteger los polinizadores, según un comunicado difundido este martes por los organizadores de la iniciativa.
En los trabajos han participado la Asociación para la defensa vegetal (ADV) de Lleida, la fundación Emys de Girona, el Grupo de estudio y protección de ecosistemas catalanes (Gepec) de Tarragona y el Centro de educación en naturaleza Cal Coll de Barcelona.
El promotor del proyecto e investigador de la Estación Biológica de Doñana del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EBD-CSIC), Ignasi Bartomeus, ha asegurado que buena parte de los agricultores han documentado «cómo los márgenes plantados han atraído abejas y muchos de los hoteles de abejas se han ocupado, aumentando la polinización de sus cultivos».
El 75 % de los alimentos que se consumen dependen de la polinización, si bien insectos como las abejas están en peligro de extinción por la pérdida de hábitat, la escasez de alimentos, el uso indiscriminado de pesticidas o el cambio climático.
