Es el caso del director técnico de Proexport, Abelardo Hernández, que señala que «este Reglamento es irreal. La evaluación de impacto que han hecho es escasa. Vemos los objetivos, pero al trasladarlo del papel al campo nos encontramos otra realidad’ y «está presuponiendo que en el campo hay facilidad de trasladar algunas soluciones tecnológicas al campo y eso no es así».
El responsable del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat de Catalunya, Jordi Giné, señalaba que el reglamento «es una vuelta de tuerca más, pero esta vez la CE se ha pasado de vuelta. Tiene buenas intenciones, pero no en el tema de la reducción de uso. El sector va mejorando, pero la práctica ahora va a ser muy complicada. El incremento de carga administrativa va a ser notable».
Para Carlos Palomar, director general de Aepla, la propuesta es un gran error, «al no adaptarse a las diferentes agriculturas y cultivos presentes en Europa, y es que la agricultura de España no tiene nada que ver con la de Finlandia. Este sector lleva 50 años evolucionado, haciendo más con menos».
El problema radica en que «no se puede pedir de la noche a la mañana una reducción del 50% con productos que han pasado un proceso de registro. No se puede jugar con las cosas del comer», apuntaba Pedro Gallardo, vicepresidente de Copa Cogeca.