Así se desprende del informe que este martes ha difundido la organización, titulado «Huella de carbono del sector del limón en España», en el que destaca que es un cultivo «eminentemente fijador de gases de efecto invernadero».
«El limonero es el cultivo que consigue valores superiores de fijación de carbono con respecto a otros cítricos y el resto de las especies arbóreas«, aseguran desde Ailimpo.
Emisiones mínimas
Han explicado que, aunque el sector también desprende emisiones durante su actividad (49.300 toneladas al año), éstas «son mínimas en comparación con los gases que captura», con lo que el balance final de su actividad se traduce en la captura neta de 311.250 toneladas de CO2.
Este volumen, según sus datos, corresponde al transporte desde las explotaciones agrícolas (18.122 toneladas de CO2); al manipulado en los almacenes o industrias (19.705 t de CO2) y al procesado (11.472 t de CO2).
El informe, que cuantifica la huella de carbono del sector del campo a la mesa, concluye que cada limonero captura 22,6 kilos de CO2 al año y que un kilo de limones frescos que el consumidor adquiere en la frutería retiene 263 gramos de CO2.
La Interprofesional ha recordado que el sector está implementando medidas para mejorar aún más los niveles actuales de fijación de gases invernadero, a través del fomento de la agricultura ecológica, la eficiencia del riego y la optimización en el uso del agua y fertilizantes.
También, con su apuesta por el uso de energía renovable en las explotaciones y de energías alternativas a las fósiles en las flotas de vehículos y con la modernización de la maquinaria agrícola utilizada.