El ministro marroquí de Fomento, Abdelkader Amara, explicó hoy en una entrevista con el diario L’Economiste que esta estación entrará en servicio en 2027 y será construida en asociación entre el sector público y privado.
Amara señaló que el sitio de la construcción ya ha sido elegido, y el proyecto está en la fase de estudios detallados, que incluyen la toma de muestras e investigaciones para asegurarse de la calidad del agua.
«La decisión ya está tomada dentro del programa (ministerial) 2020-2027. Esta estación nos permitirá gestionar de manera diferente el agua que abastece a Casablanca y que proviene de la cuenca de Um Rabia, que ya está sufriendo un déficit», precisó.
Amara añadió que la cuenca de este río debe garantizar el abastecimiento de Marrakech, en el sur de Marruecos, y de la rica región agrícola de Dukala, situada en el oeste, mientras que Casablanca y la vecina El Yadida deben buscar su propia autosuficiencia en materia de agua a través de la desalación.
Marruecos, que recurrió desde los años setenta a la desalación para suministrar las ciudades del Sahara Occidental, ha empezado a ampliar esa experiencia a más provincias en el sur y el norte del país.
Entre esas nuevas experiencias se encuentra la desaladora de Agadir (construida por la empresa española Abengoa), en el suroeste del país, cuya construcción en encuentra en su fase final, y tendrá una capacidad productiva de 144 millones de metros cúbicos por año.
Está previsto que Marruecos producirá mil millones de metros cúbicos de agua desalada en 2050, según previsiones oficiales, en lugar de la cifra de 40-50 millones de metros cúbicos producidos actualmente, incluyendo agua potable e industrial.