La organización agraria UPA denuncia los bajos precios en origen que están afectando a los citricultores de la provincia de Granada, en concreto a aquellos que concentran su producción en el Valle de Lecrín, que debido a esta situación no pueden cubrir los costes de producción y recolección.
La organización agraria recuerda que la campaña de cítricos comenzó un poco tardía para la naranja en el mes de noviembre, pero con buenas expectativas en cuanto a comercialización porque la población lo percibió como un productos beneficioso frente a la covid-19.
Frente a los bajos precios que han venido soportando los citricultores en las últimas cinco campañas, todo parecía apuntar a que las cotizaciones serían más altas y que se mantendrían más o menos estables, según UPA.
«Pero este leve respiro para los precios se ha visto truncado», según la organización agraria, que dice que en la zona cítrica de Granada ni los frutos ni la producción se han visto perjudicados por las heladas de hace unas semanas, como ha pasado en otras de Andalucía.
Sin embargo, los citricultores granadinos han visto caer los precios en las últimas semanas, de modo que el precio del limón ha descendido a 0,6 euros el kilo, y la naranja a 0,12 euros de media.
Solo en los costes de recolección se van 0,7 euros por kilo sin contar con los demás costes productivos, según el secretario provincial de UPA, Nicolás Chica, quien dice que con estas cotizaciones «tan ruinosas, los agricultores no están teniendo otra alternativa que dejar los frutos sin recoger o, directamente, optan por arrancar los árboles para dedicar su explotación a otros cultivos que puedan resultar más rentables».
Según Chica, a ese «desbarajuste» en los mercados también contribuye la entrada masiva de naranjas procedentes de terceros países como Marruecos o Turquía, por lo que ha hecho un llamamiento a las autoridades comunitarias para que hagan valer el Principio de Preferencia.
