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La sobreexplotación de acuíferos hunde el terreno en grandes áreas de España

La sobreexplotación de los acuíferos, con la extracción de cantidades de agua superiores a las que pueden recargar de forma natural, amenaza con hundir el terreno sobre el que se asienta el 19 % de la población mundial, un riesgo que se cierne también sobre España.

Un equipo internacional de investigadores, con importante participación española, ha publicado hoy en la revista Science el primer mapa mundial de esos hundimientos, en el que se identifican las zonas del mundo más proclives a sufrir esos efectos, y cita entre ellas Ciudad de México, Yakarta, Venecia, Tokio, Irán, China y Holanda.

En España, los investigadores han documentado los efectos de esa sobreexplotación de los acuíferos en Cataluña, (en el delta del Llobregat y el delta del Ebro); en Zaragoza (en la Cuenca del Ebro); en el acuífero de Madrid, en la vega de Granada, Sevilla y en la cuenca del Guadalentín-Segura en Murcia.

De hecho, los científicos han comprobado que la «deformación» del terreno más importante de Europa es la que se está registrando en la cuenca de Lorca (Murcia), donde han comprobado un hundimiento del terreno de hasta 15 centímetros por año.

Este problema «lento y gradual» -conocido por los geólogos como «subsidencia»- motivó que la Unesco impulsara en 2017 la Iniciativa Internacional de Subsidencia; y que el representante español en ese grupo, Gerardo Herrera-García, del Instituto Geológico y Minero de España, propusiera elaborar un mapa global de esos hundimientos para avanzar en una investigación que se había ceñido a ámbitos locales.

Así, varios investigadores del Instituto Geológico y Minero de España, de la Universidad de Alicante y científicos del grupo de Subsidencia de la Unesco escudriñaron la literatura científica para encontrar un patrón común a todas las áreas que sufren este problema y consiguieron elaborar un mapa mundial que define las zonas susceptibles de sufrir esas deformaciones y hundimientos.

El investigador Pablo Ezquerro ha alertado de las graves consecuencias económicas y sociales de este problema, ya que dispara la inundabilidad de las tierras más bajas, sobre todo en cuencas fluviales y regiones costeras, y ha advertido de que en algunos lugares, como Yakarta, el hundimiento del terreno es ya de unos 28 centímetros al año.

En las zonas con más probabilidad de sufrir subsidencia habitan 1.200 millones de personas y se asienta el 21 por ciento de las ciudades más importantes del mundo, han observado los investigadores, que han incidido en que este proceso «silencioso» genera a medio plazo graves desperfectos en viviendas, construcciones o infraestructuras y una importante alarma social.

Herrera-García, primer firmante del estudio, ha explicado que la deformación y hundimiento del terreno puede ser de pocos milímetros o de muchos centímetros y afectar a grandes extensiones de terreno (desde 1 kilómetro cuadrado hasta varios miles).

El experto ha indicado a Efeagro que los mapas que han diseñado predicen para cada kilómetro cuadrado del mundo las probabilidades de sufrir esas deformaciones a causa de la sobreexplotación de los acuíferos.

Los resultados que se exponen en ellos permiten -ha indicado- mejorar el conocimiento de esas deformaciones del terreno en zonas ya conocidas, descubrir nuevas zonas de riesgo e identificar con precisión los lugares donde puede aumentar el riesgo de inundaciones.

El investigador ha destacado la importancia de monitorizar de forma continua esas deformaciones del terreno desde satélites, de inventariar sistemáticamente los daños en edificios o infraestructuras, y de adoptar medidas de mitigación y de adaptación.

Entre esas medidas cita la regulación de las aguas subterráneas, buscar alternativas para el suministro de agua o recargar de forma artificial los acuíferos.

Los investigadores han apuntado cuáles son los países más amenazados por la «subsidencia»: China, Estados Unidos, Japón, Egipto, India, México, Países Bajos, Italia y Myanmar; y han situado a España entre los 25 más expuestos a este problema, debido, sobre todo, a la agricultura intensiva por irrigación y a un clima marcado por largos periodos secos.

Herrera-García ha explicado que la cuenca mediterránea y la península Ibérica se van a enfrentar, a causa de la crisis climática, a crecientes y más intensos periodos de sequía que van a desencadenar una mayor sobreexplotación de los acuíferos, lo que puede provocar mayores deformaciones y hundimientos del terreno.

Y ha señalado que el mismo problema se puede producir en numerosos países del hemisferio sur (en África y América del sur), en los que aumentará la extracción de agua durante las próximas décadas a causa del aumento demográfico, de los desarrollos urbanos y de la menor disponibilidad de agua en la superficie. EFEAGRO