La empresa también ha anunciado este martes que comienza a comercializar en sus tiendas 600 kilos de producto en formato de 10 kilos, destinado inicialmente al canal de la restauración y que se ha visto afectado por las restricciones de los establecimientos debido a la pandemia de la covid-19.
Desde la compañía han subrayado que al reforzar la adquisición de patata española garantiza que los clientes encuentren producto de origen nacional todo el año, con cerca de una decena de referencias y procedentes de Castilla y León, Andalucía o Región de Murcia, entre otras zonas productoras.
Otras variedades son regionales y están disponibles en locales de Baleares, Galicia, País Vasco o Canarias.
Para el director general de Compras de Lidl en España, Miguel Paradela, «es un claro ejemplo del compromiso con la huerta de nuestro país, de la que somos su principal cliente».
Paradela ha recordado que las patatas que «compramos en España las vendemos también en muchas de las más de 11.000 tiendas que Lidl tiene en otros 29 países de Europa», lo que, según subraya, contribuye a la internacionalización del producto español.
Lidl, que cita datos de la consultora PwC, compra un 16,3 % de toda la fruta y la verdura que se produce en España y concentra un 14 % de la exportación, con lo que 45.000 empleos indirectos e inducidos en el sector «están vinculados a la actividad de la cadena de supermercados».
La cadena de distribución -«posicionada a medio camino entre el hard discount y el supermercado tradicional»- está presente en España desde hace 25 años, cuenta con más de 600 tiendas y 10 plataformas logísticas y tiene una plantilla de 16.000 empleados.
Filial en España de la alemana Lidl Stiftung, trabaja con unos 750 proveedores nacionales a los que compra producto por valor de más de 4.600 millones de euros anuales, exportando más de la mitad.
Como grupo está presente en 32 países, con 11.200 establecimientos y 200 centros logísticos y una plantilla de más de 310.000 personas.