Ese elemento se ha instalado en diversos campos de manzanos y ha evitado esa enfermedad, así como el riesgo de agrietado fisiológico de los frutos por las precipitaciones meteorológicas.
La variedad Fuji es sensible al hongo del moteado, que le afecta cuando llueve en abril y mayo, y también es especialmente sensible a que su epidermis se resquebraje en la última fase de maduración.
En ambos casos, la consecuencia es que la manzana no se puede comercializar y hay que tener en cuenta que se trata de una variedad muy apreciada y valorada por los consumidores.
Novafrut ha trabajado en colaboración con las principales empresas frutícolas de Girona (Giropoma Costa Brava SL, Girona Fruits Coop. y Frutícola Empordà SL) y el centro de investigación agroalimentaria IRTA-Mas Badia.
Los resultados conseguidos han sido según sus responsables “muy alentadores” y, a la espera de más ensayos, ya hay un proyecto de cobertura de varias hectáreas en Girona para los próximos años.
«Hemos llegado a la conclusión de que una inversión de este tipo era necesaria, ya que la variedad Fuji es muy apreciada por el consumidor y, actualmente, es uno de los pilares de la economía de muchos fruticultores», ha explicado Joan María Pareta, gerente de Novafrut.
«Las pérdidas sufridas el año pasado por unas lluvias tardías fueron decisivas para tomar la decisión», ha sostenido Pareta.