Se trata de la primera cooperativa que trasciende las fronteras de una provincia, de una región e incluso de un país, que reunirá a productores que llevan años cultivando este fruto tropical aún desconocido en España, pero que tiene una gran aceptación en los mercados europeos y orientales, han informado a Efe fuentes de la entidad.
Impulsada desde la provincia de Huelva y que estará presidida por el onubense Alberto Garrocho, esta SAC persigue «seguir creciendo e impulsar este cultivo unificando y aumentando una oferta que crecerá a medida que crece la producción con los años, con el objetivo de alcanzar y cubrir la demanda creciente en diferentes mercados, entre los que destacan los europeos y otros de Oriente Medio, cómo Dubai».
Cada campaña son más los agricultores que han elegido este cultivo para diversificar sus productos y completar la actividad durante todo el año, por lo que destinan algunos metros a la pitaya, entendiendo que la zona del sur de la Península reúne las condiciones propicias para el desarrollo de un cultivo que se caracteriza por precisar escasa agua y mano de obra y una humedad similar a la que la de esta zona, con lo que este cultivo tropical se adapta perfectamente a nuestra climatología y nuestro suelo.
Este cactus perenne originario de América Central y el Caribe se comentó a cultivar en la provincia de Huelva hace unos cuatro años y actualmente se cultiva en unas diez hectáreas.
Se trata de una fruta tropical que se cultiva entre los meses de junio y octubre, según la variedad y que, aunque precisa de poca mano de obra, sí necesita una dedicación para ser polinizado manualmente y podado de forma especial.
Además de ser una fruta sabrosa, la pitaya también es reconocida como un ‘súper alimento’ por sus propiedades saludables, con un bajo valor calórico, ya que apenas contienen hidratos de carbono, y con un elevado contenido de vitamina C, que favorece la absorción del hierro de los alimentos, la resistencia a las infecciones y tiene acción antioxidante.