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Berenjena, cebolla y lechuga multiplican por 7 su valor del campo a la mesa

El precio pagado por el consumidor en el punto de venta por las berenjenas, cebollas y lechugas durante el mes de junio multiplicó por siete el recibido por el agricultor, según un informe de la organización agraria COAG.

De acuerdo con el Índice de Precios en Origen y Destinos de los Alimentos (IPOD) que elabora mensualmente la entidad, el importe a pagar por los frescos en la tienda multiplicó por 4,26 el recibido en origen, aún así ligeramente por debajo del dato de mayo, cuando el diferencial fue incluso mayor (4,44 veces).

También se situaron por encima de la media ajos, patatas y sandías, cuyo precio en el supermercado multiplicó en junio por seis el abonado en el campo.

Concretamente, las berenjenas pasaron de pagarse en origen a 27 céntimos a cobrarse en tienda a 2,01 euros; las cebollas pasaron de 15 céntimos a 1,15 euros y las lechugas pasaron de 17 céntimos a 1,3 euros.

El ajo se encareció desde los 89 céntimos a los 5,7 euros, la patata subió de 24 céntimos a 1,48 euros y la sandía, de 18 céntimos a 1,21 euros.

Entre un precio y otro los productos pasan por varios eslabones (transformación, almacenamiento, transporte, etc.), lo que acaba encareciéndolos, aunque desde las organizaciones agrarias defienden que los bajos precios en el campo amenazan con arruinar a los productores y contrastan con los abonados por el consumidor en el supermercado.

Estudios elaborados hace más de un lustro por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan cómo va subiendo el precio en función de los eslabones por los que pasa, y hacen hincapié en que hay productos donde la cadena es más larga que en otros, y por tanto pasa por más manos antes de llegar al punto de venta.

En algunos productos, como huevos, coliflor, champiñón y aceite de oliva virgen extra los precios del campo a la mesa no llegaron ni a duplicarse.