El Govern catalán ha acordado este sábado el confinamiento perimetral de la comarca del Segrià, que agrupa a 38 municipios y a unas 210.000 personas, zona que es la primera de España en número de árboles y producción de fruta dulce de verano y en donde el año pasado se recolectaron unos 400 millones de kilos de nectarinas y melocotones.
Simón ha explicado a Efeagro que la campaña de la fruta se encuentra en este momento «en su punto álgido», ya que la meteorología de este verano ha hecho que se adelante unos quince días respecto a años anteriores.
En esta campaña trabajan unos 30.000 temporeros o personal fijo discontinuo, según Simón, empleados que podrán seguir con su labor ya que las normas de este confinamiento, ha precisado, «no paralizan la actividad», permiten la movilidad de los trabajadores aunque sean de otras comarcas y también la llegada de material de proveedores, como plásticos de embalaje o cajas.
Simón ha destacado que todos los productores del sector siguen «un control muy estricto» del cumplimiento de las medidas de prevención de la COVID-19, por lo que los datos apuntan a que los contagios en el ámbito laboral «son muy pocos» y a que se han dado más «en el ámbito de la vida social».
A su juicio, la conjunción de todos estos elementos permite prever que la campaña de la fruta no se verá afectada y que acabará sobre el 15 de agosto.
La asociación Afrucat, junto con la organización Unió de Pagesos y la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC), han emitido este sábado un comunicado conjunto en el que indican que las necesidades de personal para trabajar en la presente campaña ya están cubiertas, al tiempo que agradecen «la buena respuesta por parte de la sociedad y la llegada de gente procedente de otros lugares».
«Las organizaciones profesionales agrarias -se dice en la nota- destacan la necesidad de hacer pública esta realidad del sector para parar la multitud de llamadas y peticiones de llegada de nuevos colectivos que buscan trabajo en el campo catalán y que no lo encontrarán».
Estas organizaciones señalan, además, que las tormentas de granizo caídas en la zona en las últimas semanas han reducido las previsiones de las cosechas entre un 30 y un 35 por ciento y, en consecuencia, una reducción del personal necesario entre un 20 y un 40 por ciento, según las zonas.