Investigadores del programa de Poscosecha del IRTA y del centro irlandés Teagasc han incorporado hojas y tallos de brócoli en forma de polvo y en una concentración del 2% en el pan para mejorar el producto.
Incluir el brócoli al pan aumenta la calidad físico-química y su calidad nutricional y las propiedades bioactivas.
Además plantea una oportunidad para valorizarlos y reducir el desperdicio alimentario y la presencia en el cubo de la basura.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista Journal Of Food Processing And Preservation.
Los subproductos generados por brócoli, como hojas y tallo, contienen cantidades de compuestos beneficiosos para la salud, con un alta capacidad antioxidante.
Los compuestos antioxidantes de las hojas del brócoli permanecen en el pan hasta 7 días después de la panificación, y son más resistentes al proceso térmico.