La huelga se debe a la negativa de Lidl en España de aplicar medidas laborales y de protección para los empleados en el periodo de desescalada y haber abandonado las negociaciones.
Los sindicatos UGT y CC.OO piden reforzar la vigilancia en tiendas, aumentar las horas contrato para equilibrar la carga de trabajo y aplicar un protocolo para la venta de productos no alimentarios o pagar las horas complementarias.
La situación es diferente en el País Vasco, donde el sindicato ELA ha llegado a un acuerdo desde el 22 de mayo, después de los paros que se produjeron el 30 de abril.