Ctic Cita, Cooperativa El Raso de Calahorra, Universidad de La Rioja y Fundación Caja Rioja son las entidades que han impulsado este proyecto, que pretende recuperar un cultivo tan necesario para la industria conservera de la región.
Sobre los datos recabados en la primera campaña se mantienen las variedades analizadas para poder matizar su comportamiento inicial, distinguiendo su rendimiento de las características climáticas de la campaña pasada con el fin de identificar adecuadamente los problemas y virtudes de cada una de ellas.
La plantación en la parcela experimental de Calahorra se ha visto ligeramente retrasada con respecto al año anterior debido principalmente a la covid-19 y a las numerosas precipitaciones sufridas esta primavera.
Así desde primeros de año, los esfuerzos del equipo de AGRITOM2.0 se han centrado en la siembra y desarrollo en vivero de los plantones de las distintas variedades de tomate, así como la preparación del terreno para un nuevo ciclo de cultivo.
Al final del estudio se proporcionará a los agricultores las herramientas suficientes que les permitan plantearse el modificar hábitos de cultivo y moverse hacia prácticas agrícolas más sostenibles, además de contribuir con el impulso del tomate en creciente demanda por la industria conservera del Valle del Ebro, mediante el fomento de la producción local.
El interés que ha suscitado por el proyecto ha provocado interés en La Rioja Alta, donde este año se plantarán en paralelo las variedades en una finca en Hormilla por el joven agricultor Diego López para observar también el comportamiento en esa zona riojana.