Frutas

La baja rentabilidad de la fruta de hueso conllevará arranque de árboles

El 40 % de los agricultores de albaricoque, melocotón, nectarina, paraguayo y ciruelo han decidido arrancar sus árboles cuando concluya la recolección, sobre todo en los meses de julio y agosto, debido a la crisis continuada de rentabilidad de la fruta de hueso.

La Asociación Valenciana de Agricultores ha señalado que los productores valencianos de frutales de hueso están sufriendo «una nueva campaña con resultados desastrosos, que recrudece a niveles insostenibles» la situación del sector.

La Comunitat Valenciana cuenta con una superficie cultivada de estos frutales de 10.272 hectáreas, de las que los productores arrancarán este año unas 4.000, según los cálculos de la organización agraria.

Además, a esta «drástica reducción» de terreno se suma a las 2.000 hectáreas que ha ido perdiendo la fruta de hueso en la Comunitat durante la última década (había 12.020 hectáreas en 2010) y las 8.000 hectáreas que ha restado desde 2002 (cuando había 18.202).

La organización agraria denuncia «graves problemas» de comercialización debido a la falta de demanda de calibres pequeños de fruta que han agravado el cierre del canal HORECA (restauración y turismo) por el estado de alarma del la covid-19, y las «elevadas exigencias comerciales impuestas por la gran distribución europea».

Otro factor determinante que lastra la temporada de la fruta de hueso es, a juicio de AVA-Asaja, la anomalía climática de los últimos meses, que ha ocasionado una disminución de la cosecha «superior al 20 %» en la Comunitat Valenciana.

Los efectos de la borrasca Gloria en enero y el récord de jornadas lluviosas en abril, combinadas con las altas temperaturas, se han cebado especialmente con las variedades tempranas, las cuales han tenido más dificultades, a pesar de un riguroso aclareo, para engordar su tamaño y satisfacer la demanda de categoría A (con un diámetro mayor de la fruta).

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha afirmado en un comunicado que los frutales de hueso «atraviesan una situación límite en el campo valenciano», donde el año pasado fue, en términos de rentabilidad, «el peor de las últimas tres décadas».

«Si esta temporada acaba tan mal como ha empezado, un número muy importante de productores dirán basta y se sumarán a los que anteriormente han tirado la toalla. O se paga un precio digno o no se produce, así de claro!, ha alertado.

Para Aguado, es «lamentable perder un patrimonio tan tradicional» de la agricultura porque, «hartos de números rojos, los fruticultores se ven obligados a sacrificar sus árboles», y ha añadido que, aunque la mayoría simplemente abandonarán la explotación, muchos reconvertirán los huertos hacia otros cultivos como los cítricos o los almendros, «lo que podría generar excesos de producción en el futuro».