El sector hortofrutícola de Almería está demostrando durante la crisis sanitaria del COVID-19, su gran madurez, compromiso y responsabilidad ante los difíciles momentos que estamos viviendo, con toda la sociedad. Los agricultores, la empresas y cooperativas hortofrutícolas almerienses no han parado ni un solo momento y han estado trabajando sin cesar para suministrar alimentos a los consumidores.
Por tanto, la industria hortofrutícola almeriense ha dada a todos el mundo un ejemplo de “profesionalidad” único, a lo que hay que añadir, su gran expansión internacional, que ha conducido a que las frutas y hortalizas del campo almeriense sean conocidas en el mundo entero por su gran calidad y prestigio. Si embargo, los productos hortofrutícolas de Almería están compitiendo en los mercados internacionales con producciones de terceros países, y se está cometiendo un feroz “dumping social”, que es total inadmisible, y está siendo permitido por la Unión Europea. Es evidente, que las autoridades europeas están desprotegiendo a los productos comunitarios, particularmente a los españoles, y eso no se puede permitir ni consentir.
Dentro del mismo contexto, el sector hortofrutícola de Almería vivirá la etapa POST-COVID 19, enfocando sus exportaciones a mercados con gran capacidad de consumo como es Asia o Emiratos Árabes, y también se tendrán que intensificar los esfuerzos para conseguir que las frutas y hortalizas de Almería y de toda España, puedan acceder de manera definitiva al mercado ruso. Pero los retos de la industria agroalimentaria almeriense son mucho más amplios, pues es una prioridad acometer una verdadera ordenación y concentración de la oferta, que conduzca a un proceso de integración empresarial, para que el “lobby hortofrutícola” de esta provincia sea más competitivo.
Es indudable, que el sector agrario almeriense tendrá que apostar claramente por la innovación e investigación, así como trabajar en crear una imagen de marca potente que permita proyectar una marca fuerte para las frutas y hortalizas “made in Almería”.
Además, el futuro de la industria hortofrutícola almeriense pasará por potenciar una gran interprofesional como es Hortyfruta, así como una mayor línea de colaboración entre las OPAS (Organizaciones Profesionales Agrarias) con las organizaciones COEXPHAL y FAECA, con el fin de seguir desarrollando la internacionalización del sector, y sería muy positivo trabajar en una marca colectiva que se llamase “Frutas y Hortalizas de Almería”, que se consolide en los mercados internacionales, y aporte mayor fuerza al sector hortofrutícola almeriense en su conjunto.
El campo almeriense goza de una Extraordinaria Calidad, un enorme prestigio internacional y un potencial de internacionalización fantástico, pero necesita impulsar más su imagen de sector, así como desarrollar con fuerza la agricultura ecológica, otro de las áreas que, sin duda, ayudarán a enriquecer más la economía de este vergel agrícola del mediterráneo español.
Aviso a Navegantes: No nos debemos equivocar, el sector agrícola de Almería es fuerte y luchador, pero necesita ahora más que nunca potenciar su identidad propia y autóctona, para que los consumidores de Europa y Asia, conozcan y “se enamoren mucho más” de la fantásticas hortalizas que nacen del esplendoroso campo almeriense.