Un seminario telemático de la plataforma «Agrifood Beats Coronavirus», organizado por la Fundación Europea para la Innovación (Intec), el chef Ángel León ha reconocido que el cierre de bares y restaurantes por el estado de alarma le hundió al principio en el pesimismo.
Ahora, sin embargo, cree que «en el momento en que les den un poco de luz saldrán adelante» y habrá un estallido de creatividad porque esta «nace cuando hay necesidad y es el momento perfecto para ser creativo».
«Vamos a tener que ordenar a nuestros clientes», ha dicho el dueño del restaurante Aponiente en el Puerto de Santa María (Cádiz), quien no descarta tener que levantarlos de las mesas a determinadas horas y organizar las reservas en turnos más cortos de tiempo.
Ha mostrado su confianza en que los clientes entiendan las nuevas medidas para garantizar la seguridad, en unos momentos «duros» para este tipo de negocios.
También se está preparando para un futuro incierto el chef de Noor Restaurant (Córdoba), Paco Morales, quien está pensando en «ser más radical que nunca en afrontar la propuesta, sin cambiar de esencia».
Entre sus ideas, están la posibilidad de ofrecer «píldoras» o experiencias por tiempos, en «horarios más restrictivos», y de conciliar mejor la vida profesional y personal de quienes trabajan en el restaurante, siguiendo el modelo nórdico.
El cierre de fronteras y la suspensión de vuelos ha supuesto un problema adicional para estos representantes de la alta cocina, que dependen en buena parte de la clientela extranjera.
El presidente de Hostelería de España, José Luiz Yzuel, ha criticado que en las últimas ocho semanas el Gobierno no les ha dado «ninguna certeza», ni ha tomado decisiones que considera imprescindibles para la supervivencia de muchas empresas.