La federación profesional subrayó a través de un comunicado que la situación está teniendo «enormes consecuencias» para el sector, en un país «líder en el mercado de la producción y la exportación de productos congelados» a partir del tubérculo.
Belpotato detalló que uno de los productos estrella del sector, el de las patatas fritas congeladas, ha visto como su consumo mundial ha caído un 40 %, una circunstancia que afecta a toda la cadena de producción, desde los productores a los encargados del procesamiento y la distribución.
Pese a que la congelación de la materia prima hace posible que el producto se pueda conservar durante un largo periodo de tiempo, la capacidad del sector para almacenar el producto procesado «es limitada», según se alertó.
«Estimamos que 750.000 toneladas de patatas no podrán ser transformadas en Bélgica. La capacidad de congelación es también limitada», agregaron.
La asociación instó a las cadenas de supermercados belgas a «promover en sus estantes» los productos de origen nacional respecto a los foráneos, poniendo como ejemplo las importaciones israelíes o chipriotas.
Pese a que el sector transformador se compromete a adquirir «todas las patatas posibles» para que éstas no se pierdan, los productores instan a las autoridades europeas y belgas a aportar «soluciones» para absorber todo aquel producto «que no tenga salida en el mercado».
Como ejemplo, Belpotato citó un acuerdo al que llegó esta semana con el gobierno regional de Flandes para la adquisición de patata belga para la distribución en bancos de alimentos.