La organización señala que la «mayor» preocupación del sector agrario en la crisis provocada por el coronavirus es el pago de las cuotas contraídas con las entidades Bantierra, BBVA, CaixaBank, Caja Rural de Teruel, Ibercaja y Grupo Santander.
Consideran sus responsables que los bancos «deberían ser los primeros en tener esa sensibilidad, ya que ellos tuvieron que ser rescatados por el conjunto de la sociedad».
Destaca UAGA que la crisis económica que arrastran desde tiempo atrás por centenares de familias que se dedican a la fruticultura, al olivar y a la ganadería de ovino, los tres sectores más castigados, hacen que peligre el «modelo social mayoritario» en Aragón, la explotación agraria familiar.
Destaca esta organización, para la que la declaración del estado de alarma ha revelado la importancia de la actividad agraria, que las restricciones al transporte y el cierre de fronteras ponen en evidencia que es «imprescindible» un sector primario «fuerte e implantado en el territorio para abastecer de alimentos a la población».
UAGA explica que los créditos concedidos a los titulares de las explotaciones afectadas por la sequía de 2017 fueron contratados sin el aval ni las ayudas de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (SAECA) a pesar de la demanda de las organizaciones agrarias.
Según afirma esta organización, «mientras la Administración central no atiende esta solicitud, y ante la urgencia de adoptar de medidas que reduzcan la presión que sufren muchos agricultores y ganaderos, UAGA espera que sean las propias entidades financieras las que, como muestra de solidaridad, aprueben la ampliación de los préstamos a los profesionales que lo necesiten».
Añaden los responsables del sindicato agrario que desde que se decretaron las medidas de confinamiento, «los ganaderos de ovino y caprino han visto como se desplomaba la demanda de sus animales, los fruticultores no van a poder recoger la fruta y los agricultores ecológicos no pueden vender sus productos en los mercados agroecológicos».
UAGA advierte que es «imprescindible» garantizar la continuidad de las explotaciones agrarias familiares, profesionales y competitivas, para que esta crisis «no se las lleve por delante».