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Cebolla y Melocotón aragoneses miran de reojo lo que pase con fruta temprana

Dos productos con Denominación de Origen Protegida en Aragón que precisan de mano de obra para su recogida, miran de reojo lo que vaya a pasar con la recogida de la fruta temprana, como la cereza, para saber si podrán salvar la temporada.

La fruta temprana se puede convertir en la pagana del estado de alarma y confinamiento derivado de la pandemia de la COVID-19, pero los que vienen detrás, al menos, mantienen la esperanza de que los errores que se puedan producir ahora se subsanen para las siguientes fechas claves en la agroalimentación y que el mercado, no sólo en estos momentos, sino en el futuro, no quede desabastecido.

La meta para la recolección de ambos productos está un poco más lejana que la de los que en breve deberán empezar su recogida y todavía están pendientes de las decisiones que se adopten desde el Gobierno para solventar la tan necesaria mano de obra, en su gran mayoría procedente de Marruecos y Rumanía, en el momento más delicado del año.

Las labores previas necesarias e imprescindibles en los cultivos del melocotón y la cebolla ya se están haciendo con equipos de trabajo mermados en un 30 por ciento o más de lo que suele ser habitual.

El secretario de la DOP Cebolla de Fuentes, Jesús Berdusán, reconoce a Efe que el problema que tendrán si la situación sigue así «será muy grave», porque ahora están trabajando en la limpieza de las malas hierbas con un tercio menos del equipo habitual, y para la recogida el grupo de trabajadores debería de pasar de los 15 habituales a unos 60.

«Ahora nos va a obligar a realizar un mayor esfuerzo, pero el gran problema con los trabajadores va a ser en junio cuando comienza la campaña de la cebolleta y la cebolla seca. Es una situación que se va a prolongar hasta que no se recobre la normalidad», asume.

De hecho, reconoce que de mantenerse las condiciones actuales y a pesar de que ya está todo sembrado y crecido en diferentes lotes para que pueda llegar al mercado en diferentes momentos, la temporada de la cebolleta peligra. «Incluso nos planteamos no hacerla», aventura.

Lo que mantiene la esperanza de los agricultores, que en este caso cultivan un producto de alta calidad por el que los consumidores asumen que deben pagar un precio más elevado, es que «la alimentación sigue funcionando».

Por su parte, el presidente de la DOP Melocotón de Calanda, Samuel Sancho, explica que están a aproximadamente un mes de empezar el aclareo, la primera de las tres fases por las que debe pasar el fruto del melocotón antes de lucir lustroso en los mostradores de los productos gourmet.

El melocotón pasa por tres fases: aclareo, que empieza sobre el 15 de mayo dependiendo de la climatología, a la que siguen el embolsado y la recogida, relata.

Sancho también transmite preocupación por la situación a día de hoy, pero dice que «hay esperar para ver cómo va evolucionando», porque todavía hay «margen».

«El problema grave será el de la mano de obra y todavía no se sabe qué medidas y qué decisiones va a tomar el Gobierno; por eso se está produciendo incertidumbre en el sector. Son gente de otros países, Rumanía y Marruecos, que se mueven por todo el país con las diferentes campañas y que ahora con las fronteras cerradas no se pueden mover de su país y no van a poder venir», resume.

Para Sancho el no completar la recogida supondrá un problema, tanto para los agricultores como para los consumidores, porque, a pesar de las tres semanas acumuladas de confinamiento -y todavía quedan otras tres para la reincorporación paulatina a la normalidad-, «ahora las cámaras frigoríficas todavía están llenas, pero si no hay campaña de agricultura no habrá alimentos».

En su opinión, de esta grave crisis mundial por la pandemia de la COVID-19 una de las lecciones que se deberá sacar es que «habrá que priorizar sectores, y la agricultura es de los fundamentales».

Aunque la DOP Jamón de Teruel y la Indicación Geográfica Protegida Ternasco de Aragón también ven con «temor» la actual situación, la situación que viven difiere con la de los agricultores de la cebolla y el melocotón porque en su caso son productos desestacionalizados.

Ricardo Mosteo, de Jamón de Teruel, destaca que en el sector no se ha registrado ningún ERTE y «los mataderos están trabajando con normalidad».

Los secaderos, encargados del curado de los jamones y de las paletas, se encuentran en tres situaciones: los que trabajan con las grandes superficies que están manteniendo las ventas; los que están más especializados y trabajan con tiendas gourmet, charcuterías y carnicerías, y el tercero que lo hace con hostelería y que está buscando otros canales y subsiste con los servicios a domicilio.

Además, añade que desde el comienzo de la crisis han detectado que «ahora el consumidor está optando por hacer una única compra», a la vez que no se ven mediatizados por las ventas al mercado internacional que en la actualidad se sitúan por debajo del 10 por ciento.

Por su parte, Patrocinio Pérez, de la IGP Ternasco de Aragón, resalta el «esfuerzo enorme» que están realizando toso los ganaderos para que el mercado siga estando abastecido con normalidad.

El gran problema es que dada la crisis que ha provocado esta pandemia, el precio al que se están pagando las canales «no es el que se querría», porque se están registrando menos ventas.

No obstante invita y anima a los consumidores a «consumir carne de calidad, como es la del ternasco».