El Ministerio de Agricultura, que venía alertando sobre las consecuencias para el campo de la falta de esa mano de obra, y el del Interior, que había ordenado el cierre de fronteras, acordaron permitir el ingreso de un cupo mensual de hasta 40.000 temporeros tanto este mes como el próximo.
La titular de Agricultura, Julia Klöckner, calificó de «pragmática» esa solución, aunque recordó que para garantizar la cosecha se precisan hasta 300.000 temporeros. Mantiene por ello el llamamiento a participar en esas tareas a estudiantes, trabajadores de sectores ahora paralizados y peticionarios de asilo para cubrir las necesidades del sector.
La propia ministra abordó ya la semana pasada con su colega de Interior, Horst Seehofer, la posibilidad de agilizar los permisos de trabajo a peticionarios de asilo que hasta ahora aún no se han podido integrar en el mercado laboral del país.
Seehofer ordenó el cierre de las fronteras a los temporeros la semana pasada. Esta prohibición afectaba sobre todo a trabajadores de Polonia, Rumanía y Bulgaria, con los que solía cubrirse el trabajo de temporada.
Klöcker multiplicó a raíz de ello los esfuerzos de su departamento para suplir esos puestos con trabajadores de otros sectores, estudiantes o asilados, aunque reconoció que ni siquiera así sería suficiente para cubrir las necesidades del campo alemán.
Fronteras y miedo al contagio
El miedo al contagio hizo que, de por sí, llegaran esta temporada menos temporeros que en años anteriores. Se estima que, hasta la prohibición, se habían incorporado a la cosecha del espárrago, la fresa y la col apenas 20.000 temporeros del este de Europa.
Alemania ocupa el quinto lugar en número de contagios de todo el mundo, tras Estados Unidos, España y China.
Este jueves se superaron por primera vez los 6.000 contagios en un solo día -6.156, según datos del Instituto Robert Koch (RKI), competente en la materia-. La cifra de víctimas mortales verificadas en las últimas 24 horas se situó en 140.
En total son 73.522 contagios los certificados por el RKI, mientras que el número de muertos asciende a 872. La universidad estadounidense Johns Hopkins, con un método de compilación de datos más dinámico, eleva los contagios a 77.981 y los muertos en 931.