Nacional

El valor de los invernaderos de Almería

Juan Colomina Figueredo, delegado de Coexphal, expone la importancia de la horticultura en el pleno Covid 19 y recuerda que 150.000 profesionales se exponen a diario.

Estos días que nos ha tocado vivir estamos asistiendo a hechos que muy difícilmente habríamos podido sospechar. La pandemia llamada Covid19 está causando un sufrimiento inmenso en España y en el resto del mundo. Desde aquí queremos dar un sentido pésame a los familiares y amigos de los fallecidos. Queremos acompañar en su dolor a los que están padeciendo la enfermedad y a sus familias.

 Y también deseamos expresar la conciencia común que nos une con el resto de españoles, europeos y resto de seres humanos.

 Fiabilidad

Esa conciencia nos reclama una vez más a cada uno ser estrictamente fiables en el cumplimiento de nuestro deber individual, en el papel que desempeña en la sociedad. Pero queremos referirnos también a nuestro papel colectivo como sector de la horticultura de Almería.

Desde hace más de 50 años los invernaderos de Almería han ido asumiendo y desempeñando su papel como grandes suministradores de hortalizas para toda Europa en los meses de invierno. Ahora más que nunca no podemos fallar en esa tarea.

Estado de Alarma

En España esta crisis se está afrontando mediante lo que la Constitución recoge como estado de Alarma.

En esta situación las primeras líneas en vanguardia son nuestros sanitarios y las fuerzas del orden. Su papel es claramente visible cada día en los hospitales y centros, arriesgándose hasta el extremo de perder la salud y la vida.

La segunda línea somos los productores de alimentos, los que aseguramos el suministro diario de comida para toda la sociedad.

Paz social

La diferencia entre la actual situación de alarma y un estado más grave sería el desabastecimiento alimentario. No podemos ni imaginar las gravísimas consecuencias que la falta de alimentos causaría en la vida diaria y la paz social.

Por ello, cada día, 150.000 personas se arriesgan también, abandonan la seguridad de su hogar y se dirigen a sus centros de trabajo en invernaderos, almacenes de manipulado, suministros, industria auxiliar, o se meten en la cabina de un camión y se alejan de su tierra para llevar alimentos saludables y esperanza a otros europeos.

Por eso, para evitar consecuencias muy graves, para alimentar a nuestros conciudadanos, para mantener la esperanza y superar esta pandemia en España y Europa, nuestra horticultura no puede detenerse. Desde Motril a Pulpí, #EL CAMPO NO PUEDE PARAR.