Las consecuencias del clima y de las temperaturas cambiantes son ya uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la agricultura actual. Concretamente nuestro entorno mediterráneo es una de las zonas de mayor impacto y donde se prevé que pueda afectar a la productividad con descensos de alrededor del 30% de la productividad en la mayor parte del territorio.
Una de las causas de esta pérdida reside en el desarrollo y aparición de determinadas plagas y enfermedades de los cultivos y su intensificación debida al aumento de las temperaturas. Es aquí donde la mejora genética varietal en cultivos como el del pimiento juega un papel decisivo en el desarrollo de nuevas y mejores variedades adaptadas a estas nuevas circunstancias.
Syngenta presentaba esta semana a agricultores de Almería sus últimos desarrollos en variedades de pimiento resistentes a dos de las plagas con mayor incidencia en este cultivo, el oidio y los nemátodos.
Se trata de Hokkaido y Saitama, ambas variedades indicadas para ciclo tardío comparten resistencias tanto a oídio como a nematodos. Hokkaido se establece para el segmento medio-tardío con una fecha de plantación desde el 25 de Julio hasta el 10 de Agosto. Presenta una resistencia al silvering o plateado del fruto donde la piel se despega supuestamente por los cambios de temperatura y presenta un aspecto plateado, restando brillantez a la tersa piel roja del pimiento.
Saitama presenta como característica principal su segmento tardío, cuya fecha de plantación se prolonga desde el 1 de Agosto hasta el 15 de Agosto. Esta variedad presenta una resistencia a la aparición del cracking. Una fisiopatía que se caracteriza por la aparición de grietas en la superficie del fruto y que genera pérdidas de calidad y de productividad.
Los desequilibrios en temperatura, hídricos y de transpiración de la planta son algunas de las causas más importantes. Según Alejandro Pascual, responsable de Pimiento de Syngenta, “las nuevas variedades destacan por su color y uniformidad de calibre durante todo el ciclo, así como por sus resistencias a las condiciones de cultivo actuales que contribuyen a aspectos de sostenibilidad tan importantes como es la reducción de pérdidas y desperdicios a lo largo de toda la cadena».