En total, el sector agrícola de la Unión Europea podría perder hasta un 16 por ciento de sus ingresos en 2050. De cara al siglo XXI el cambio climático pasara factura a la productividad agrícola mundial: caerá hasta un 30 por ciento.
Se prevé que las temperaturas globales medias aumenten entre 1,4ºC y 5,8ºC para 2100. En el año 2030 el incremento será bastante inferior a éste, entre 0,5 y 1ºC. La geografía de África la hace particularmente vulnerable al cambio climático y el 70 por ciento de la población cuenta con la agricultura sin riego para su subsistencia.
El sector agrícola también desempeña un papel crucial en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ya que representa alrededor del 10 por ciento de todos los gases de efecto invernadero de la Unión Europea. En un escenario similar, se prevé que los valores de las tierras agrícolas disminuyan en algunas partes del sur de Europa en más del 80 por ciento para 2100, lo que podría provocar el abandono de la tierra.
