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La fruta y el agua, alternativas a los excesos de estas fiestas, según un experto

Una mayor presencia de fruta y de agua en los menús de las cenas y las comidas navideñas supone una de las mejores alternativas para ingerir menos calorías y reducir los efectos negativos de todo tipo que pueden tener los excesos gastronómicos de la Navidad.

Así lo ha explicado el cocinero y nutricionista Santiago Rodrigo, docente de Técnica Culinaria en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), especializado también en adaptar cartas de algunos de los principales restaurantes españoles a contenidos más sanos y menos calóricos.

La Navidad es una época que, en lo gastronómico, «está muy planificada» en cada familia y que se basa generalmente en «recetas tradicionales», con un contenido «potente y calórico» y por ello es partidario de «evolucionar, aunque sea con esa base».

Además, recomienda que se tenga «una visión global» de la alimentación en toda la Navidad «porque no es solo Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo», sino que «en un periodo de quince o veinte días se juntan más reuniones sociales» y «en general, incluso en casa de cada uno, se consume más dulce y más alcohol».

Rodrigo cree que las celebraciones navideñas, en lo gastronómico, tienen algunos «defectos»: el primero de ellos en los «entrantes» que se ofrecen en las mesas, «de los que hay muchos en cantidad y en opciones», y por ello recomienda coger en el propio plato solo los se vayan a comer; además propone que se incida en algunos que tienen menos grasa, como los mariscos o las ensaladas templadas.

Como primer plato, «lo tradicional es una sopa o una crema, algo que está bien porque no suelen ser grasas o pesadas».

También avala el plato principal que suele haber en las mesas españolas, de carne, que «suele ser al horno, un tipo de cocina que es sana y que mantiene jugoso el producto», y, si es pescado, «lo mejor es que sea blanco, lubina o merluza, por ejemplo, con una guarnición de verduras».

Llega el momento del postre,»en el que, otra vez, se suele poner una variedad excesiva en las mesas» de productos que «son solo caprichos» y que «no aportan nada nutricionalmente».

Él propone «recuperar» la fruta: «En realidad, si nos remontamos a lo antiguo, no hay nada más tradicional que la compota de frutas, que se está perdiendo», a pesar de que «es una forma de mantener productos sanos en la mesa a la hora del postre» y «si se quiere, también se puede recurrir a la fruta bañada en chocolate».

Mención aparte le merecen las bebidas, que son las que más calorías aporta en este tipo de celebraciones, «aunque hay que entender que son las fechas que son», reconoce Rodrigo, que propone el «recurrir más al agua» para saciar la sed «y también para contrarrestar la deshidratación que produce el alcohol», explica.

Además, «el agua cada vez da más juego, porque admite servirla con fruta dentro, para darle sabor, y, en una nueva tendencia, con jengibre», concluye Rodrigo.