La horticultura almeriense sigue generando empleo. Durante la campaña pasada generó casi 76.000 trabajadores de media mensual, lo que supone un incremento del 0,4 por ciento con respecto a la campaña anterior. Fueron las dos cifras, entre otras, desveladas ayer por la Fundación Cajamar durante el acto de presentación del Análisis de la Campaña Hortícola 2018-2019.
Esta cifra supone un nuevo record de contratación a pesar del proceso de automatización que están siguiendo muchas empresas, pero desvela «la fortaleza del sector» en donde cultivos como el melón, sandía y lechuga incrementaron su superficie de manera significativa. La superficie de melón se incrementó en un 32 por ciento; la de sandía en un 15 por ciento y la de hoja lo hizo en un 49 por ciento, desveló el director de Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar, David Uclés, durante su presentación del Análisis de la Campaña Hortícola 2018-2019.
El analista recordó que el valor de la producción intensiva alcanzó los 2.228 millones de euros, en una campaña donde la superficie de tomate volvió a descender; esta vez en casi un 11 por ciento, al igual que la judía verde, que ya ha quedado en un cultivo testimonial con tan sólo 250 hectáreas. Aunque Uclés desveló que Almería se ha convertido en un reexportador de referencia de judía de Marruecos.
Hablando de mano de obra, este capítulo ha elevado su presencia en los costes de explotación de un empresario productor en la horticultura almeriense. El incremento del Salario Mínimo Interprofesional ha provocado que el peso de la mano de obra ya supere de largo el 40 por ciento de los costes productivos. Hoy la mano de obra en una finca invernada ya supone el 43 por ciento de los costes para un empresario agricultor.
