En su comparecencia en el Congreso para explicar los últimos consejos europeos, Sánchez ha lamentado el «bloqueo político completo» y la crisis constitucional que, en su opinión, viven ya los británicos y ha criticado que el Gobierno de Boris Johnson pretenda ahora no respetar el acuerdo de salida alcanzado.
Pero ha insistido en que «no cabe renegociar lo que ya ha sido acordado» y en cualquier caso ha reiterado que España está preparada ante la posibilidad, cada vez mayor, de que haya un «brexit» duro.
«El Gobierno ha trabajado para cubrir cualquier escenario posible», ha insistido Sánchez, quien ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad tanto a la ciudadanía como a todos los actores económicos y empresariales afectados.
Pero también ha reconocido que hay que ser «francos y realistas», y las medidas de contingencia adoptadas «solo pueden mitigar las consecuencias pero no las van a eliminar».
Ha recordado que «solo una parte» de las consecuencias «está bajo el control de la UE» pero la otra depende de las decisiones que tomen el Gobierno y el Parlamento británicos.
Por eso ha pedido también a todos los actores implicados que «evalúen en qué medida puede afectarles una salida sin acuerdo y adopten las medidas para minimizar su impacto».
«Lo que hace unos meses parecía impensable hoy se ha convertido en un escenario más que probable», ha dicho el jefe del Ejecutivo en funciones aludiendo al «brexit» duro.
Pero ha puesto en valor todas las medidas tomadas y todos los planes de contingencia, además de recordar que el Gobierno ha puesto en marcha un sistema de coordinación interministerial y entre las administraciones para afrontar todos los escenarios.
En lo que afecta a los ciudadanos españoles en Reino Unido, ha señalado que se ha conseguido el reconocimiento de sus derechos, y ha prometido que estarán «vigilantes» para que no sea un reconocimiento meramente formal y se aplique de forma efectiva.
Además ha recalcado que durante las negociaciones el Gobierno consiguió un «valioso blindaje» sobre todo lo relativo a Gibraltar, según el cual España puede vetar cualquier acuerdo europeo relativo al peñón.
Al finalizar su comparecencia, Sánchez ha pedido mirar de cerca lo que está ocurriendo en Reino Unido para ver «las amenazas que se ciernen sobre la democracia representativa cuando la política se limita a bloques antagónicos, cuando niega la pluralidad y liquida los matices que enriquecen el debate» y hace «imposible el acuerdo».
Ha advertido de que «nadie», ni siquiera una democracia como la británica está a salvo de la banalización de la política, una receta que siempre conduce al mismo lugar, que es un callejón sin salida».
«Evitemos la tentación del conflicto fácil y lideremos con el ejemplo», ha añadido.