Según el avance de datos anual del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el número de operadores biológicos fue de 44.282, un 6 % más frente al año precedente, de los que 39.505 eran productores; 4.627, procesadores y el resto, comercializadores, importadores y exportadores.
En cuanto a las explotaciones ganaderas ecológicas, se mantiene un crecimiento global «discreto, pero continuo» -en 2018 se elevó un +1,68 % respecto al año anterior-, pero destacan incrementos del 14,94 % en ovino de leche, del 14,86 % en bovino de leche y del 11,51 % en porcino, datos a tener en cuenta en relación a sectores tan importantes como el lácteo y el porcino.
Respecto a las industrias ecológicas, en el ejercicio de 2018 se aprecia un avance importante, con 7.670 industrias relacionadas con la producción vegetal, un +15,13 % respecto al año anterior, así como 1.216 industrias relacionadas con la producción animal, que indican un incremento del 5,65 %, según ha detallado en un comunicado el Ministerio.
Desde el Departamento han apuntado que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, valora el «importante crecimiento, sostenido», que experimenta este sector año tras año.
Según Planas, la producción ecológica es hoy en día «una realidad económica» en España que, además, contribuye a la creación de empleo y a la fijación de poblaciones.
De acuerdo al Departamento, España es el país con mayor superficie ecológica de Europa y uno de los mayores del mundo.
A pesar de ello, el gasto per cápita en España es aún bajo, aunque se mantiene una tendencia alcista y ya es de 46,5 euros por habitante y año, cifra que duplica los 21,85 euros que se registraban en 2013.
En el futuro, han apuntado, se prevé una expansión del consumo y la demanda de productos ecológicos, por estar en línea con la evolución de la demanda del consumidor y seguir una «clara tendencia» de convergencia con los países más avanzados de la Unión Europea (UE).
Desde el MAPA han señalado que este método de producción desempeña un papel social en el que, además de proveer de alimentos bio un mercado específico, proporciona a la sociedad bienes que contribuyen a la protección del medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.