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«Entender el deterioro del producto es vital en el acceso a los mercados lejanos»

La situación actual del comercio internacional, en un mercado globalizado con un consumidor acostumbrado a disponer de frutas y verduras durante todo el año, ha obligado a los productores y exportadores a apostar por la apertura de nuevos mercados, muchos de ellos impensables hace apenas una década.

F&H: En términos conceptuales, ¿qué se entiende como mercados lejanos?

J.P.Z: «Se entiende por mercados lejanos cuando el transporte se realiza en forma marítima englobando tiempos de transporte de 15 a 35 días. Esto implica envíos que son fuera del continente europeo en el mismo hemisferio y otros, los más distantes, que se producen fuera del hemisferio norte, que son los más interesantes económicamente y que son contra-estación».

F&H: ¿Debe ver el productor la posibilidad de exportar a mercados lejanos como una oportunidad o como un problema?

J.P.Z: «La exportación o salida de fruta del mercado nacional no solo mejora el precio del producto en el mercado interno,por una reducción de la oferta, sino que también abre una demanda importante en volumen de un mercado totalmente insatisfecho como es el caso del hemisferio contra-estación (hemisferio Sur). Sin duda lograr esto es complejo, se requiere dominio en tecnología y apoyo de los Estados para generar las relaciones bilaterales necesarias, pero es una estupenda posibilidad para un mercado agrícola generalmente de sobre oferta y bajos precios».

F&H: ¿Cuáles son los mayores riegos del transporte de frutas a mercados lejanos?

J.P.Z: «Los mayores riesgos están relacionados con el deterioro de los productos por el tiempo que transcurre desde el acopio, pasando por el transporte y distribución en destino; existe una logística donde se involucran una serie de actores que deben estar concatenados y organizados. Entender el deterioro del producto resulta fundamental, porque desde ese conocimiento se deben implementar las tecnologías de manejo poscosecha necesarias. El problema es que fácilmente se pueden cometer errores yperder las oportunidades y, finalmente, un desinterés generalizadopor parte de los exportadores y los consumidores».

F&H: ¿Y las ventajas?

J.P.Z: «Las ventajas resultan evidentes pues se dispone de un mayor mercado, en muchos casos desabastecidos de fruta, y además de reducir la sobreoferta de producto que existe en el mercado interno, con un incremento evidente en los precios. Ofrece una posibilidad enorme a los productores-exportadores para ampliar su visión del negocio, abarcando una mayor demanda por los productos tradicionales yen el futuro a nuevos productos nichos, que por la baja demanda interna, no pueden proyectarse comercialmente».

F&H: ¿Cuáles son las innovaciones más destacadas?

J.P.Z: «Las ventajas están radicadas en productos de alta perecibilidad, donde existe la mayor contra-estación e impacto comercial. En este tipo de productos la innovación se destaca en el ámbito genético de variedades con mayor vida útil y calidad organoléptica, y de tecnologías aplicadas en el transporte a través del envase, como por ejemplo atmósfera modificada y sus variantes como las que se aplican en el contenedor refrigerado. La preparación del producto en origen resulta fundamental, como el uso del manejo del enfriamiento, prácticas de acondicionamiento y protección del cultivo desde el huerto, en conjunto con los tratamientos deposcosecha».

F&H: ¿Qué papel juega la innovación tecnológica en la conservación de productos como aliada del transporte a mercados lejanos?

J.P.Z: «El desafío de disponer de productos de alta calidad en los mercados requiere tecnologías que están permanente en desarrollo y evolución, producto de los requerimientos de los mercados. Estos requerimientos se basan no solo en la calidad organoléptica del producto, sino también en la exigencia de la sociedad por un alimento sano, libre de contaminaciones microbiológicas y químicas, nutritivo –ojalá con un valor funcional–, además de lo relacionado con la reutilización o biodegradabilidad del envase».

FYH: Las legislaciones de los países de destino, ¿son lo suficientemente garantistas o pecan de burocracia para ‘de facto’ impedir o desanimar a la entrada de productos extranjeros?

J.P.Z: «En mi opinión este es el tema más relevante para producir el resultado que hemos discutido. El rol de los Estados es fundamental para generar la apertura de los mercados entendiendo que existen beneficios en ambos sentidos, no solo desde el país exportador sino también en el importador. Romper los mitos que existen en materias de barreras para-arancelarias (plagas y enfermedades cuarentenarias) y protecciones arancelarias, ayudan a hacer más competitivos los países en este mundo que busca la globalización en todas sus formas».

F&H: ¿Cómo eliminar en el consumidor la etiqueta de ‘poco saludable’ de las frutas provenientes de mercados lejanos, al vincular la distancia con la necesidad de emplear conservantes en demasía y realizar la recogida de forma muy temprana?

J.P.Z: «Es parte de los desafíos y desarrollo de nuevas tecnologías. Un factor fundamental es la claridad de las exigencias de los países consumidores. Una vez conocidas se transformanen un desafío para la ciencia, investigación y finalmente la innovación debe gestionar su aplicación. Además, resulta fundamental la información, el consumidor muchas veces adquiere verdades a medias con pocos antecedentes y muchas opiniones. En este aspecto la investigación juega un rol fundamental en la sociedad para dar con la verdad».

F&H: ¿Qué futuro vaticina a corto/medio plazo en el transporte de frutas a mercados lejanos?

J.P.Z: «Visualizo en los países europeos una gran oportunidad para ampliar la producción de fruta fresca con una mirada diferente, no solamente en el mercado nacional, sino en el mundo. En el corto plazo se debe estar focalizado en la correcta implementación de las tecnologías actuales, pero con los resultados comerciales se empezará un enfoque más integral con alianzas importantes para comprender los mercados y desarrollar tecnologías acorde a los requerimientos específicos. He tenido experiencias con empresas españolas y, sin duda, está todo el potencial humano para avanzar rápidamente en esta área».