El transporte marítimo de productos perecederos que necesitan de temperatura controlada crece, un año más, por encima del transporte marítimo en su conjunto. De acuerdo con la información de Clarckson, recogida en el Informe Anual 2017 de Anave, la demanda de este modo de transporte, que mueve más del 90 por ciento de la mercancía que viaja por el mundo, ha crecido un 2,7 por ciento en 2016 hasta un total de 11.091 millones de toneladas.
En este escenario, los principales operadores marítimos de contenedores del mundo vienen preparando su flota reefer para arrebatar cuota de mercado con el transporte refrigerado convencional. Según señalan desde la consultora, desde el inicio del siglo XXI se han venido enviando al desguace buques frigoríficos convencionales sin que se hayan realizado nuevos pedidos, mientras que se observa un aumento de la oferta a temperatura controlada por parte de las grandes navieras.
Aunque el peso del producto fresco sobre el total transportado por vía marítima apenas representa el uno por ciento, tanto las navieras tradicionales como los grandes operadores llevan años preparándose para satisfacer las nuevas necesidades de esta demanda al alza.
