En este sentido, un vehículo que utilice biometano tendría unas emisiones de 0 g/km o incluso negativas dependiendo del tipo de residuos que se empleen. Por este motivo, este combustible juega un papel importante para alcanzar los objetivos de la Directiva Europea de Energías Renovables, que establece que en 2030 al menos un 14% de la energía debe provenir de fuentes renovables.
Para poder cuantificar el origen del gas que se inyecta en la red, ha explicado la secretaria general de Gasnam, es necesario establecer un sistema de certificados de origen. Estos certificados o garantías de origen, similares a los que se emplean en el sector eléctrico, permiten certificar la producción de gas renovable que se inyecta en la red de gas y que finalmente se suministrará en una gasinera, y , por tanto, cuantificar y valorar si se cumplen los objetivos de la Directiva.
Adicionalmente, Eugenia Sillero ha asegurado que la tecnología del gas renovable está disponible en la actualidad, puesto que es la misma que la del gas natural. Por este motivo, ha señalado que “lo lógico es utilizar la tecnología que ya tenemos al alcance, como es el gas natural y el gas renovable, una solución inmediata para mejorar la calidad del aire en las ciudades”.
El gas natural y el gas renovable podría permitir una reducción inmediata de las emisiones a un coste accesible, puesto que los vehículos de gas natural son los más económicos del mercado, según un informe de la OCU que contabiliza toda la vida útil del vehículo. Según la secretaria general de Gasnam, si el gas natural y el gas renovable es una alternativa real a día de hoy para el vehículo ligero, “lo es más aun para el transporte pesado y para el transporte marítimo, donde no existe otra energía alternativa viable”, ha asegurado.
