Según ha informado hoy un comunicado del instituto armado, a estos dieciséis detenidos se les acusa de varios delitos de robo con fuerza en las cosas, hurto y pertenencia a organización delictiva, y a las otras cinco personas se las investiga como supuestos autores de un delito de pertenencia a organización delictiva.
Además, la Guardia Civil investiga a otras once personas, fruteros de Sevilla capital, como supuestos autores de un delito de receptación de la fruta robada, con lo que ha instruido en total 23 diligencias por distintos supuestos delictivos.
Estos robos han supuesto a los agricultores afectados unas pérdidas de 22.985 euros, a los que habría que añadir los daños causados en árboles, sistemas de riego, mallas perimetrales, entre otros elementos de las fincas asaltadas.
La Guardia Civil constató un aumento de robos en explotaciones agrícolas de las comarcas sevillanas de Los Alcores y de Vega del Guadalquivir, y entró sus investigaciones en un grupo conocido como «clan de los portugueses» al que se le considera organizado y afincado en las chabolas próximas al barrio de Torreblanca en Sevilla.
Dicho grupo lleva varios años actuando contra las explotaciones agrícolas y lo conforman hombres y mujeres, algunos con nacionalidad u origen portugués y que de alguna forma les une una relación de consanguinidad, según el comunicado.
Este clan actúa en grupo, formando una caravana de tres o más vehículos con los que acceden a una finca, normalmente de naranjas, rompen la tela o malla metálica perimetral y entran con los vehículos para cargarlos de cítricos.
Los agentes sospecharon en un primer momento que las naranjas sustraídas se vendían en mercadillos, pero el volumen sustraído les hizo pensar que se llevaban a fruterías de Sevilla capital o que algunos fruteros iban directamente al enclave chabolista para adquirirlas a un precio muchos más bajo que el de mercado



















