Según expertos del sector agroalimentario consultados por Efeagro, los productos ecológicos se cuelan con más frecuencia en la cesta de la compra y, aunque España es un gran productor y exportador, se ha observado un aumento de las importaciones para satisfacer esa mayor demanda de «elaborados».
Así, según el último estudio del Ministerio, de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) con datos de 2016 -últimos datos oficiales disponibles-, las importaciones eco han crecido a mayor ritmo que las exportaciones.
Mientras que las exportaciones han aumentado un 51 % entre 2012 (590 millones de euros) y 2016 (890,8 millones de euros), en ese mismo periodo las importaciones se han multiplicado por tres al pasar de 201 millones de euros a 596 millones de euros.
Es decir, que el saldo comercial, aunque continúa siendo positivo, se ha reducido en estos cinco años desde los 389 millones de euros a los 294,8 millones de euros del 2016 (último año disponible).
Este «desequilibrio», explica a Efeagro el director de la asesoría especializada en agroalimentación Ecological.bio, Diego Roig, se debe al aumento de la demanda interna y muestra que aún «falta una industria elaboradora ecológica importante que vaya al ritmo del aumento del consumo interno que se está produciendo».
Roig destaca que llama la atención que más del 70 % de las exportaciones españolas se corresponden con hortalizas, verduras, vinos y aceites, la mayoría materia prima fresca o a granel, sin elaborar, mientras que las importaciones se corresponden con productos elaborados, «más caros y de mayor valor añadido».
De hecho, un informe germano -la mayor parte de las ventas exteriores de productos ecológicos españoles se comercializan en la Unión Europea (UE)-, habla de que España es el principal exportador de tomate, pimiento, pepino y calabacín, «productos que luego, procesados, nos vende Alemania y a mayor precio», según Roig.
El director de la consultora especializada agroalimentaria Provotec, Pedro López, explica que el consumo eco español «sigue aumentando» gracias al «asentamiento» en el mercado bio de la gran distribución, como Carrefour, Lidl o Aldi que ofrecen cada vez más productos elaborados bajo el paraguas de su marca blanca ecológica y, generalmente, estos productos son de importación.
No obstante, Roig añade que empieza a haber movimientos en la industria alimentaria para «corregir» estos «desequilibrios» y que tanto la industria convencional como la ecológica comienzan a ofrecer productos más demandados.
Opinión que comparte López, quien detalla que ya se observa que el tejido industrial ecológico «está aumentando» por lo que «dependeremos menos de esas importaciones».
Además, asegura que la entrada de las empresas agroalimentarias en la producción ecológica «es una corriente imparable».
El director general de Ecological.bio anima también a las firmas ecológicas nacionales a atender las nuevas demandas de los consumidores bio españoles y a apostar por la transformación de aquellos alimentos cada vez más consumidos para lograr unos precios de venta al público más bajos.
En este sentido, cita por ejemplo los cambios producidos en el sector de la alimentación infantil ecológica que, hasta hace unos años, estaba prácticamente dominada por dos grandes empresas eco de la alimentación infantil: Hipp (Alemania) y BabyBio (Francia).
Además de iniciativas procedentes de la industria convencional en línea con la diversificación iniciada por estas empresas hacia el producto eco como la de Hero, con Hero Baby Solo o con Organix, o Dulcesol, con Mi Menú Bio, surgen empresas españolas ecológicas que se quieren desmarcar del «modelo industrial ecológico».
Menciona por ejemplo Smileat, que en su página web explica que «nace (por un grupo de emprendedores) para dar un cambio radical al mundo de la alimentación infantil ecológica» o Yammy, empresa familiar fundada por una madre y un padre que «vieron que las opciones de alimentación que había en el mercado no eran lo que ellos buscaban para sus hijos».
Roig hace hincapié en que es necesario potenciar el sector ecológico transformador, que no debe «desaprovechar y perder este mercado», porque «todo lo que se produce (en ecológico) se vende, ya que sigue habiendo un déficit en la oferta eco».
Entre los ecológicos importados que predominan en la cesta se encuentran productos elaborados y de alto valor añadido como los alimentos infantiles y dietéticos, derivados de cereales y soja, semillas, pasta, condimentos, salsas y especias o derivados lácteos, entre otros.
