Las nuevas movilizaciones están siendo convocadas para el próximo miércoles en varias zonas del interior de Panamá e incluirían el bloque de carreteras, de acuerdo con algunos de los impulsores de la medida.
Los productores del campo comenzaron con las protestas públicas a finales de julio pasado, y el viernes se levantaron de una mesa instalada por el Ejecutivo ante la falta de respuestas puntuales a sus exigencias, entre ellas el control de las importaciones que, aseguran, inundan el mercado local.
«Nosotros estamos quebrados (…) los animales están con hambre», dijo este lunes a la televisión local el integrante de la Asociación de Porcinocultores, Juan Guevara, al reiterar que los productores exigen que sea el presidente Varela el que «tome el control» del tema y presente una hoja de ruta para superar la situación.
Guevera sostuvo, lo mismo que muchos otros dirigentes, que el campo panameño está afectado por una descontrolada importación de productos al amparo de los tratados de libre comercio (TLC), y por la falta de políticas públicas que ayuden a la producción local, muy disminuida y que representa apenas alrededor del 2,5 por ciento del producto interno bruto (PIB).
«Hay cosas que son de solución inmediata y que tiene que ver con falta de controles en materia sanitaria», pero «nuestro punto central es la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos (Aupsa) que nace de una manera que esquiva el diálogo necesario», dijo Guevera.
Los productores exigen que la Aupsa desaparezca y que un nuevo organismo en el que ellos tengan participación asuma las funciones de control de las importaciones, dijo Guevara.
Por su parte, el secretario general de la Federación de Arroceros y Granos de Panamá, Nodier Díaz, coincidió con Guevara en que los productores «están abiertos al diálogo» que plantea el Gobierno, siempre que sea en base a propuestas específicas porque no están para perder el tiempo en mesas improductivas.
A juicio de Díaz, la respuestas a las exigencias del sector están en las leyes establecidas en el país, y dijo a televisión local que «si tienen que modificarse que se haga», pero rechazó la posibilidad de seguir sentados en una mesa con el Gobierno mientras «están llegando las importaciones» desmedidas.