La investigación, en la que participan desde el CITA Javier Rodrigo y Erica Fadón y desde el CSIC María Herrero, ha revelado que las yemas de cerezo no están inactivas durante el reposo y que acumulan almidón progresivamente hasta que cubren sus necesidades de frío.
Según informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa, el cerezo es un cultivo que se está expandiendo a nuevas zonas y en el que se están introduciendo nuevas variedades que están teniendo problemas de producción en algunas zonas.
Por este motivo, los resultados, que se publican en revista Frontiers in Plant Science, permiten profundizar en el conocimiento del fenómeno y puede contribuir a facilitar la elección de las variedades más adecuadas para cada zona.
Los frutales entran en un estado de reposo para sobrevivir a las bajas temperaturas invernales, pero también necesitan pasar un periodo de frío para florecer en primavera y producir fruta, de forma que cada variedad necesita acumular una cantidad de frío diferente, lo que condiciona su adaptación a cada zona de cultivo.