Durante el operativo, los agentes contactaron con los mayoristas donde distribuía los frutos y constataron que había vendido aguacates de variedades que no disponía en dicha finca.
En la parcela había un centenar de árboles plantados con frutos en distintos grados de floración cultivados en malas condiciones que aún no habían sido recolectados.
El autor de los robos accedía a las parcelas forzando candados y cadenas, a través de cortes de alambradas, o aprovechando que las fincas no estuvieran valladas. Los propietarios de las fincas denunciaron daños en los árboles frutales y pérdidas considerables.