«Cada vez hay más demanda, y se nota el crecimiento de esta fiesta a nivel nacional», han explicado, tras detallar que este año han desarrollado una «campaña fuerte de márketing» en torno a la calabaza tipo halloween a través de internet y televisión, y con premios de viajes como la visita al museo rumano del Conde Drácula.
Han indicado que a los clientes ya tradicionales de los grandes núcleos urbanos como Madrid, Barcelona o Sevilla se suman cada año los de más ciudades de menor dimensión, en las que la celebración de esta fiesta, sobre todo entre los más pequeños, se generaliza.
Kernel Export, que comenzó hace diez años con el cultivo de calabaza americana, exporta el 50 % de su producción a otros mercados comunitarios -principalmente a Alemania y a los países escandinavos-, incluidas las pegatinas negras que facilitan la talla de la cara de Halloween.