Asaga afirma en un comunicado que la combinación de altas temperaturas con humedades relativas bajas ha provocado que los cultivos de esta zona se hayan amarilleado, lo que provocará que estas plantaciones que fueron sembradas entre julio y agosto vean afectado su proceso de tuberización.
En este momento el tubérculo comienza su desarrollo, por lo que la futura cosecha podría verse afectada en cantidad y en calidad al disminuirse los calibres previstos.
En relación al viñedo, que ya ha sufrido el efecto de la sequía a lo largo del año, las altas temperaturas están provocando que la planta se debilite y que disminuya la acumulación de reservas para la próxima campaña, lo que podría influir en la futura vendimia, indica Asaga.
La organización señala que las medianías de la isla sufren además de una importante carencia de agua en los últimos veranos, lo que complica el desarrollo de los cultivos en estas zonas.