El optimismo de Bruselas se apoya en que, tanto en la UE como en México, existe voluntad política, implicación en las conversaciones técnicas y suficiente espacio de negociación, añadieron. Bruselas y México negocian para modernizar su Acuerdo Global, que entró en vigor en 2000, y que abarca no sólo aspectos económicos y comerciales sino también áreas como la cooperación o el diálogo político.
El 30 de septiembre concluyó en México la cuarta ronda de negociación con «buenos progresos», según fuentes europeas, después de que los negociadores mexicanos señalaran que las reuniones se habían cerrado con «avances sustantivos».
Especialmente, según Bruselas, se progresó en aspectos como las reglas de origen que fijan qué productos engloba el acuerdo, la transparencia o las buenas prácticas reguladores, mientras que se avanzó menos en el «acceso al mercado», pues existen reticencias respecto a que afecte a niveles regionales en México y no sólo nacionales.
Otros de los asuntos en la mesa de negociación son el azúcar, el plátano y el respeto a las indicaciones geográficas de los productos. «México está cerca de un país (Estados Unidos) que no es nuestro mayor aliado en protección de las indicaciones geográficas» y hay empresas estadounidenses instaladas en el país latinoamericano que pesan en la negociación, dijeron las fuentes.
