La mayor parte de esta inversión se dirigió a la construcción de una nueva plataforma logística y a los trabajos de mejora de su red de supermercados, que cerró el año con 540 centros (5 más que un año antes) con una superficie total de ventas de 560.000 metros cuadrados.
«Nos hemos centrado en mejorar nuestro portafolio de establecimientos más que en las aperturas netas», ha explicado el director financiero de Lidl, Ferran Figueras, quien ha considerado que la firma tiene «potencial para seguir creciendo en España», hasta llegar a las 800-850 tiendas.
Esta progresión se realizará de forma «sostenida» y «orgánica», según Figueras, quien ha recordado que la política del grupo «nunca ha sido la de crecer vía fusiones o adquisiciones» más allá de alguna operación «puntual».